Publicado por Eduardo Komaid
El Liberal
Si una parte considerable de las actuales rutas argentinas se transformaran en autopistas, los accidentes de tránsito en rutas disminuirían en casi el 90 por ciento y siete de cada ocho muerte serían evitables.
Así opina el Dr. Guillermo Laura, quien trajina con este tema desde hace varias décadas desde el sector oficial y privado, sosteniendo que se han desarrollado autopistas que son físicamente imposible de accidentes, “aún cuando el conductor cometa un error”.
El Dr. Laura, en su condición de presidente de la Fundación Metas Siglo XXI, impulsa la construcción de una Red Federal de Autopistas que atravesaría todo el territorio nacional, incluido Santiago del Estero por la ruta nacional Nº 34.
En un animado diálogo con EL LIBERAL, Laura hizo referencia a las funciones de la actual señalización vial en las rutas angostas, comparándolas con la efectividad de una autopista.
Comentó: “La señalización del paso a nivel sin barrera nos advierte que hay un peligro o un riesgo, pero hay 1300 pasos en todo el país y lo que hace la autopista elimina este riesgo construyendo un puente, es filosofía básica para solucionar el problema del choque en cruces, tanto de ferrocarril como de rutas”.
Al referirse a los choques frontales que se suceden sin solución de continuidad en las rutas argentinas, opinó que ocurren porque en una sola calzada de 7,50 metros de ancho se cruzan vehículos en direcciones opuestas marchando a 150 kilómetros por hora y lo único que separa es una raya de pintura, por lo que basta el más mínimo error de cálculo para que se rocen o se topen de frente. Ese choque siempre es mortal porque las velocidades se suman y equivale a 200 kilómetros por hora.
Con criterio realista, Laura observa que “en la Argentina es obligatorio conducir en contramano, porque cuando se adelanta un vehículo en una ruta angosta, como son todas las rutas de la muerte, necesariamente tiene que ir de contramano y eso es legal”.
En este punto, advirtió: “En esa maniobra de sobrepaso muere el 66 por ciento de todas las personas que se matan por año en el país en accidentes ruteros”.
Explica Laura que para evitar esos episodios trágicos, la autopista tiene una calzada para ir en una dirección y otra separada físicamente para la dirección opuesta, “con guard rail que impiden que el auto despistado vaya a la otra calzada, así desaparece el accidente frontal y también el 66 por ciento de las muertes”.
Por otra parte, sostiene que el cartel indicador de animales sueltos “no sirve absolutamente, hay miles de animales sueltos, como pasó en la ruta donde se mató el obispo Sueldo”.
Señala Laura: “En lugar de dar buenos consejos, la autopista suprime físicamente el riesgo, por lo cual el accidente desaparece. Si hiciéramos todas las cosas que indican las señalizaciones los accidentes mortales desaparecen en un 87 por ciento, el resto es el residual inevitable de las cosas imprevisibles que son los verdaderos accidentes”.
El dato
Con el actual sistema de peaje, todas las obras de autopistas se anuncian en Buenos Aires, Santa Fe y Rosario, como la Circunvalación Buenos Aires, Cinturón Ecológico Gran Buenos Aires, Buenos Aires-Pergamino, Rosario-Córdoba, Santa Fe-Córdoba y Río Cuarto-Córdoba Capital.
Las obras se pagarían a 30 años y cuando las hayan finalizado
El Dr. Guillermo Laura admite que no se puede hacer autopistas en todos lados por su costo, “por eso hay que tomar la red troncal por donde circula el 57 por ciento del tránsito, o sea unos 12.000 kilómetros aproximadamente, que es lo que hicieron otros países, como Estados Unidos, Alemania, Italia o Francia, con resultados sorprendentes”.
Comparativamente, recordó: “En los últimos diez años, en la Argentina se quiso hacer la autopista Rosario-Córdoba y todavía no logramos construir esos 300 kilómetros”.
Señala que la propuesta de la Red Federal de Autopistas indica que todas las obras deben hacerse con capitales privados, “y a medida que se van terminando 1000 kilómetros el usuario paga dos centavos por litro de combustible y no lo paga al Estado sino al concesionario que hizo la inversión”.
Asegura: “No debe haber ningún pago hasta que la obra esté terminada. Se paga en 30 años la inversión de capital, los intereses y el mantenimiento, y esto es posible porque el proyecto está dividido en concesiones manejables de 300 kilómetros. Es lo que se llama peaje indirecto, no se pagarían más peaje en la casilla”.
Finalmente, aclaró: “Por la ruta 34, la autopista Rosario-Yacuiba, uniendo Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy, todo el país va a pagar tres centavos por litro durante 30 años”.
“Un país ideal para autopistas”
“La autopista no es un problema económico sino de organización. La Argentina es un país ideal para autopistas, se pueden construir por muy poco pero necesitamos un modelo de gestión que logre el objetivo. Nosotros le pagamos el impuesto al combustible al Estado nacional por año 8000 millones de pesos más 2000 millones de pesos del IVA, que alcanza para hacer 3000 kilómetros de autopista por año”./// (El Liberal).
El Liberal
Si una parte considerable de las actuales rutas argentinas se transformaran en autopistas, los accidentes de tránsito en rutas disminuirían en casi el 90 por ciento y siete de cada ocho muerte serían evitables.
Así opina el Dr. Guillermo Laura, quien trajina con este tema desde hace varias décadas desde el sector oficial y privado, sosteniendo que se han desarrollado autopistas que son físicamente imposible de accidentes, “aún cuando el conductor cometa un error”.
El Dr. Laura, en su condición de presidente de la Fundación Metas Siglo XXI, impulsa la construcción de una Red Federal de Autopistas que atravesaría todo el territorio nacional, incluido Santiago del Estero por la ruta nacional Nº 34.
En un animado diálogo con EL LIBERAL, Laura hizo referencia a las funciones de la actual señalización vial en las rutas angostas, comparándolas con la efectividad de una autopista.
Comentó: “La señalización del paso a nivel sin barrera nos advierte que hay un peligro o un riesgo, pero hay 1300 pasos en todo el país y lo que hace la autopista elimina este riesgo construyendo un puente, es filosofía básica para solucionar el problema del choque en cruces, tanto de ferrocarril como de rutas”.
Al referirse a los choques frontales que se suceden sin solución de continuidad en las rutas argentinas, opinó que ocurren porque en una sola calzada de 7,50 metros de ancho se cruzan vehículos en direcciones opuestas marchando a 150 kilómetros por hora y lo único que separa es una raya de pintura, por lo que basta el más mínimo error de cálculo para que se rocen o se topen de frente. Ese choque siempre es mortal porque las velocidades se suman y equivale a 200 kilómetros por hora.
Con criterio realista, Laura observa que “en la Argentina es obligatorio conducir en contramano, porque cuando se adelanta un vehículo en una ruta angosta, como son todas las rutas de la muerte, necesariamente tiene que ir de contramano y eso es legal”.
En este punto, advirtió: “En esa maniobra de sobrepaso muere el 66 por ciento de todas las personas que se matan por año en el país en accidentes ruteros”.
Explica Laura que para evitar esos episodios trágicos, la autopista tiene una calzada para ir en una dirección y otra separada físicamente para la dirección opuesta, “con guard rail que impiden que el auto despistado vaya a la otra calzada, así desaparece el accidente frontal y también el 66 por ciento de las muertes”.
Por otra parte, sostiene que el cartel indicador de animales sueltos “no sirve absolutamente, hay miles de animales sueltos, como pasó en la ruta donde se mató el obispo Sueldo”.
Señala Laura: “En lugar de dar buenos consejos, la autopista suprime físicamente el riesgo, por lo cual el accidente desaparece. Si hiciéramos todas las cosas que indican las señalizaciones los accidentes mortales desaparecen en un 87 por ciento, el resto es el residual inevitable de las cosas imprevisibles que son los verdaderos accidentes”.
El dato
Con el actual sistema de peaje, todas las obras de autopistas se anuncian en Buenos Aires, Santa Fe y Rosario, como la Circunvalación Buenos Aires, Cinturón Ecológico Gran Buenos Aires, Buenos Aires-Pergamino, Rosario-Córdoba, Santa Fe-Córdoba y Río Cuarto-Córdoba Capital.
Las obras se pagarían a 30 años y cuando las hayan finalizado
El Dr. Guillermo Laura admite que no se puede hacer autopistas en todos lados por su costo, “por eso hay que tomar la red troncal por donde circula el 57 por ciento del tránsito, o sea unos 12.000 kilómetros aproximadamente, que es lo que hicieron otros países, como Estados Unidos, Alemania, Italia o Francia, con resultados sorprendentes”.
Comparativamente, recordó: “En los últimos diez años, en la Argentina se quiso hacer la autopista Rosario-Córdoba y todavía no logramos construir esos 300 kilómetros”.
Señala que la propuesta de la Red Federal de Autopistas indica que todas las obras deben hacerse con capitales privados, “y a medida que se van terminando 1000 kilómetros el usuario paga dos centavos por litro de combustible y no lo paga al Estado sino al concesionario que hizo la inversión”.
Asegura: “No debe haber ningún pago hasta que la obra esté terminada. Se paga en 30 años la inversión de capital, los intereses y el mantenimiento, y esto es posible porque el proyecto está dividido en concesiones manejables de 300 kilómetros. Es lo que se llama peaje indirecto, no se pagarían más peaje en la casilla”.
Finalmente, aclaró: “Por la ruta 34, la autopista Rosario-Yacuiba, uniendo Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy, todo el país va a pagar tres centavos por litro durante 30 años”.
“Un país ideal para autopistas”
“La autopista no es un problema económico sino de organización. La Argentina es un país ideal para autopistas, se pueden construir por muy poco pero necesitamos un modelo de gestión que logre el objetivo. Nosotros le pagamos el impuesto al combustible al Estado nacional por año 8000 millones de pesos más 2000 millones de pesos del IVA, que alcanza para hacer 3000 kilómetros de autopista por año”./// (El Liberal).
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